lunes, 20 de agosto de 2012

Autorretratos

A través de la poesía algunos poetas dejan muestras autobiográficas de sus vidas como es el caso de Antonio Machado:

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
 
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.


O nuestro querido onubense Juan Ramón Jiménez:


Vino, primero, pura,
vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes. 

Y la fui odiando, sin saberlo.
Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!

…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica, 
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre! 



 Muchos son los grupos y cantantes que a través de sus letras nos dejan pinceladas de sus vidas al igual que los poetas. No olvidemos que la poesía nos llega hoy en día a través de la música.

Joan Manuel Serrat nos habla de su niñez y del día de su partida junto al lugar que le vio nacer:

Mediterráneo


Enrique Bunbury se describe y se sitúa en una historia ficticia digna del oeste más salvaje:
El hombre delgado

Nuestra compañera Esther F. P. nos envía este tema de Delgado San relacionado con el tema:
Yo

Henar nos propone a Pignoise: Todo me da igual
Esther Y. aporta un momento muy crítico de la vida de Antonio Flores: No dudaría

Jomon nos sorprede con Luis Enrique: Autobiografía
Terminamos con la Rayden: Veintitantos
Como veis el arte nos sirve para presentarnos ante el mundo tal y como nos vemos nosotros mismos...











 

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